El desafortunado accidente en el podio del GP de Hungría: Lando Norris destruye el trofeo de Max Verstappen
El Gran Premio de Hungría de la Fórmula 1 nos dejó emocionantes momentos de competición, pero también una curiosa anécdota en el podio que seguro no será olvidada fácilmente. Después de una carrera espectacular en la que Max Verstappen logró su novena victoria de la temporada, el ambiente de celebración se vio momentáneamente empañado cuando Lando Norris, el piloto de McLaren, protagonizó un inusual percance.
Luego de obtener un brillante segundo lugar en la carrera, Norris subió al podio dispuesto a celebrar junto a los demás pilotos. Al momento de descorchar una botella de champán para festejar, ocurrió lo impensable: el trofeo de Verstappen sufrió un inesperado destino.
El piloto inglés, con gran entusiasmo y sin percatarse de lo que tenía delante, golpeó la base de la botella contra el primer escalón del podio en un intento por hacer que el tapón saltara. Lo que no imaginó en ese instante era que, en ese mismo lugar, descansaba el hermoso trofeo de porcelana de Verstappen. El impacto provocó que el trofeo se desplomara y se rompiera en varios pedazos, lo que causó sorpresa y risas entre los presentes, incluido el propio Verstappen.
El trofeo del GP de Hungría es una pieza de gran valor artístico y cultural, realizada por la prestigiosa casa Herend, la mayor fábrica de porcelana de Europa con una tradición que data de 1826. Los trofeos, elaborados a mano con caolín, feldespato y cuarzo, son auténticas obras de arte que han sido requeridas por realezas y clientes aristocráticos de todo el mundo.
La copa destruida por Norris en su momento de euforia tiene un valor sorprendente: ¡30.000 euros! Una cifra que refleja el cuidado y detalle con el que se elaboran estas valiosas piezas que, a lo largo de los años, se han convertido en un clásico distintivo del Gran Premio de Hungría.
A pesar de la situación inesperada, la celebración continuó con alegría y buen humor, y los pilotos compartieron risas mientras brindaban con sus botellas intactas. Sin duda, esta anécdota se quedará en el recuerdo de los aficionados y será parte de la historia del automovilismo deportivo.
Más allá del percance con el trofeo, el GP de Hungría nos ofreció una emocionante carrera con una actuación magistral de Max Verstappen, quien continúa su dominio en la Fórmula 1 y sigue en la lucha por el campeonato. Y mientras los pilotos siguen compitiendo en busca de la gloria en las próximas carreras, esperemos que los trofeos de Herend se mantengan a salvo y sigan siendo un símbolo de excelencia y tradición en la Fórmula 1.